A diferencia de muchos elementos arquitectónicos y técnicos de una construcción, la elección del tipo de cimientos es categórica. Se debe elegir según la composición del terreno en el que se trabaja para que cumplan a cabalidad sus funciones.

Deben ser idóneas para soportar y trasladar las cargas de la infraestructura al terreno de manera uniforme sin presentar desbalances a ningún plazo. La estabilidad debe estar avalada durante la vida útil de la construcción sin que se afecten por ser superficiales o profundas; por lo cual los factores del  entorno inmediato y tratamiento que reciban deben valorarse para no sufrir alteraciones.

En el país existen gran variedad de materiales naturales en los suelos que hacen que su comportamiento ante cargas sean distintas como lo son zonas de laderas, la presencia de arcilla y arenas. Es aquí donde el seguimiento por parte del ingeniero estructural es vital; pues no solo se trata de hacer movimientos de suelo o rellenos, sino de asegurar que no sean acciones de más que no solucionan el panorama real para la colocación de los cimientos en un terreno potencialmente problemático.

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Por ejemplo, se encuentran zonas con alto nivel arcilloso; lo que significa que son suelos que reaccionan a cambios de volumen según la estación. Si es verano tienden a compactarse poderosamente, si es invierno tienden expandirse. Es importante entonces que la asesoría estructural contemple el tipo de bases según composición estratigráfica, la sombra a la que se expone, la cantidad de flora adyacente y la capacidad de secado del material en el que se levanta la edificación.

Las fallas por mal cálculo de las potencias del suelo corren el riesgo de provocar fallas por asentamiento. Descartar la existencia de estratos blandos y actuar con soluciones factibles, evitará que los cimientos se flexionen indeseablemente ante la carga. Los suelos con este tipo de  consistencia reciben las cargas de manera poco uniforme, inevitablemente con el tiempo los daños aparecen por su poca capacidad de resistencia de cargas transmitidas en caso de tener una base inadecuada.

De la misma manera se presentan las alteraciones artificiales, al realizar excavaciones para la instalación de tuberías, colocación de nuevos sistemas de desagüe, alcantarillado e incluso túneles, intervenciones en las cercanías de laderas así como labores de reconstrucción.  Existen un sinfín de causas para fallas de cimentación, estas son operaciones que requieren inspección detallada por parte del equipo de Guidi Estructurales, para evitar fallas individuales en algún cimiento, pues no solo está en juego la inversión sino la seguridad de los usuarios, un eje vital para la ingeniería estructural.

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