Tratamos de contarle a nuestros clientes al inicio cómo va desenvolviéndose una inspección estructural en un edificio ya construido, para brindarles ejemplos de un posible panorama, de lo que realmente podría llegar a suceder. En esta ocasión queremos hacer un relato breve de una de nuestras recientes visitas.
Tomamos de referencia que el antiguo edifico de bomberos La Merced, al que nuestro equipo inspecciona para esta ocasión. Fue construido a principios del siglo XX, aparentemente por José María Barrantes, por lo que es evidente que sus técnicas de cimentación y mampostería están acordes a las de aquella época.
La mayor peculiaridad es que este edificio tiene una gran relevancia como patrimonio nacional, por lo cual la estructura no puede ser intervenida sin cuidar la conservación de detalles claves de su estilo arquitectónico en fachadas e interior. Sumamos a esto que trabajamos con plazos de tiempo para entregas, donde convergen no solo la asesoría en ingeniería estructural, sino que se trabaja de la mano con todas las otras disciplinas inmersas en la reforma estructural.
Del análisis a la sorpresa
Al iniciar la primera parte del contrato, el equipo Guidi Estructurales, dirigido por el ingeniero José Luis Campos; debió realizar un reconocimiento previo de monitoreo general, mediante levantamientos estructurales y realización de pruebas de laboratorio a los materiales. La intención era visualizar y ratifcar de primera mano la realidad del estado de una estructura que por años estuvo en desuso. No se contaba con documentación estructual de la construcción en absoluto.
Partiendo de esto se procede a revisar el estado de las paredes, muros y columnas, vigas; la apariencia inicial de los cimientos, la valoración de las losas. El inmueble se encuentra en un terreno limo arenoso y la finalidad de remozarlo es convertirlo para un uso más corporativo.
En este caso se trabajó en dos fases matriz iniciales: el ya mencionado análisis de vulnerabilidad y reforzamiento, con el cual se ejecuta un diseño sugerido. La segunda parte consistió en la puesta en marcha de la inspección e intervención basada en dicho diseño.
Al iniciar esta segunda parte, el equipo se entera que era necesario realizar el reforzamiento de los cimientos, aunado a que las losas de los pisos superiores resultaron ser una amalgama de varios materiales en una capa muy gruesa entramada por viguetas de concreto reforzado. Esto significaba que el peso considerado en el diseño inicial era mayor al calculado. Se debían tomar medidas también previendo que la azotea sería totalmente expuesta y tendría equipos de aire acondicionado, entre otros.
Se determina trabajar en cuatro cimientos principales y a la vez iniciar la reconstrucción desde arriba hacia abajo, manteniendo la nivelación y soporte adecuado de los entrepisos con el uso de puntales distribuidos en los demás niveles. De esta forma se inicia el trabajo en la cimentación de una manera adaptada a las condiciones encontradas en el sitio.
Poco a poco se inicia también la escarificación de las columnas de todo el edificio para proceder al reforzamiento nuevo según normativa y cálculos de cargas actuales. Todo esto de la mano con los trabajos adyacentes de electrificación, mecánica y conservación arquitectónica.
Esto ha significado un gran reto de planeación, pues al ser una estructura tan antigua las sorpresas están a la orden del día. Cuando esto sucede hacemos énfasis en la importancia de llevar a detalle todo el control de cambios de manera que todo el equipo pueda enterarse y contar con la guía y documentación para continuar trabajando.